Jornada partida.
Por una educación de calidad
Somos familias que apostamos por la calidad educativa, por el respeto al ritmo de crecimiento de todos los niños y niñas y todo ello en igualdad de condiciones.
Apostamos por la calidad. Apostamos por lo público.
Tras varios años de experimentación de la jornada escolar continua, al principio de este curso el Gobierno de Navarra dio por finalizada esta fase y se posicionó por la jornada escolar partida, basándose en recomendaciones de expertos, sin sucumbir a influencias corporativas del profesorado. No obstante, deja libertad a los centros que prefieran la jornada continua para implantar la misma.
Familias de varios centros escolares públicos de Navarra nos hemos agrupado en base a tres preocupaciones principales que nos genera el proyecto de jornada escolar continua. Somos familias que apostamos por la calidad educativa, por el respeto al ritmo de crecimiento de todos los niños y niñas y todo ello en igualdad de condiciones.
Nos preocupa…
Perjuicios a los biorritmos del alumnado
Con la jornada continua, el alumnado come muy tarde y para muchas familias el comedor escolar (que no se garantiza con la jornada continua) es la única comida saludable del día. Nos preocupa mucho, asimismo, la normalización del volumen de tareas para casa. Abogamos por un sistema educativo en el que se priorice el trabajo escolar, y se deje espacio al ocio y al tiempo libre al salir del centro.
Merma en la calidad educativa
Siendo menos el horario lectivo, no se alcanza a dar la totalidad del temario, con la consecuente bajada de los resultados académicos, aumento del fracaso escolar y necesidad de actividades extraescolares de apoyo para un alto porcentaje del alumnado (que lo pueda costear). Queremos las mismas oportunidades para todos los niños y niñas.
Detrimento del sistema educativo público
La estancia en los centros escolares ayuda no sólo en cuanto a resultados académicos, sino también en cuanto a socialización, tejido comunitario, crecimiento emocional y conocimientos extracurriculares. Las mejoras laborales del profesorado deben pasar por bajada de ratios, nuevas contrataciones y otras medidas que asuma el Gobierno, y no las familias ni, mucho menos, los niños y las niñas.