Maia Usobiaga
Juan Antonio Iriarte
Estos últimos días hemos asistido al enésimo capítulo en cuanto al tema de la jornada escolar en los centros de educación infantil y primaria con la sentencia judicial que anula parte de la orden foral que regula el cambio de jornada. Sin conocer el alcance que la misma pueda tener, desde la plataforma en favor de la jornada partida queremos volver a pedir valentía al señor Gimeno y a la consejería de Educación.
Valentía para dejar de delegar en las familias y las comunidades educativas de cada centro el horario escolar a implantar, trasladando a las familias y el profesorado de cada centro la decisión de cambiar o no la jornada escolar. Una decisión que debiera ser únicamente técnica y atendiendo a criterios educativos y de integración social. A las familias les falta información para votar en base a esos criterios y lo hacen pensando en su situación particular, y el profesorado es parte interesada de una votación que mejora claramente su horario laboral y la dirige en una dirección concreta.
Valentía para realizar un estudio serio sobre la jornada escolar (las jornadas realizadas por el Consejo Escolar de Navarra y su monografía son un buen punto de partida) y, en base a las conclusiones del mismo, establecer una única jornada escolar para todos los centros educativos públicos y privados concertados de Navarra. Un estudio que atienda a criterios educativos, de asimilación de conceptos, nutricionales… Y también sociales, que trate igual al alumnado con independencia de las condiciones socio-económicas de sus progenitores. (No es aceptable que un alumno tenga que salir más tarde del centro que el resto porque sus padres trabajan hasta más tarde o no tiene una red familiar que le ayude.)
Si atendemos a criterios sociales y educativos, únicos criterios que deben guiar la adopción de la jornada escolar, la conclusión es absolutamente clara: la jornada de mañana y tarde es la más beneficiosa en cuanto al estudio, la asimilación de conceptos y los horarios de comida del alumnado. También la que no establece distintos horarios de salida para el alumnado en base a la situación laboral de los padres. La que no segrega.
Valentía para actuar como consejero de Educación. Valentía para que primen los criterios educativos y sociales por encima de las presiones laborales. Valentía para establecer una única jornada escolar para todos los centros educativos de infantil y primaria. Valentía para dar marcha atrás a años de sinrazón educativa y establecer la jornada escolar de mañana y tarde.