Gregorio Luri, pedagogo y filósofo: “La diferencia entre la pública y la concertada en PISA comienza a ser notable”

Nacido en Azagra pero afincado en Barcelona, Luri es uno de los especialistas más reconocidos a nivel nacional en cuestiones educativas. No oculta su preocupación por la trayectoria de un sistema navarro que “ha dejado de ser una referencia”, piensa

Diario de Navarran argitaratua

Ainhoa Piudo

Actualizado el 07/01/2024 a las 10:18Su batalla permanente es contribuir a crear una escuela que vele por “el rendimiento de los niños pobres”. Esa es “la verdadera medida de equidad. Y lo demás, “un brindis al sol”, defiende. Porque los privilegiados “tienen la vida resuelta”. Si no es en un sitio, “encontrarán trabajo en otro”, augura Luri. En Navarra esa brecha de desigualdad “se está agrandando”. “Si tú tienes unos padres con educación universitaria y vas a la escuela concertada tienes muchísimas más posibilidades de obtener buenos resultados que si eres hijo de una familia con estudios básicos y vas a una una escuela pública”. Y eso le parece “grave”.

¿Qué pensó cuando leyó los resultados de Navarra en el último informe PISA?

Lo primero que pensé es que por qué la Administración echa pelotas fuera. Lo honesto sería decir:señores, seguimos teniendo resultados muy buenos pero la trayectoria es preocupante, y eso hay que tratarlo en serio. No podemos ocultar el hecho de que del 2012 al 2022 Navarra es la comunidad que más puntos ha perdido, 24.

Que equivale a un curso escolar.

Efectivamente.

¿Qué ha cambiado desde entonces? ¿Confluyen varios factores?

Claro, siempre hay una confluencia de factores. Lo primero es hacer un buen diagnóstico y después ya veremos el tratamiento. Navarra tenía el sistema educativo más equitativo y más coherente de España. En 2009, teníamos un 13% de excelencia, entendida como las dos franjas superiores de resultados que establece PISA. En 2012 subió al 15%, se mantuvo en 2015, en 2018 bajó al 11% y en 2022 la excelencia ha caído al 8%. Por otra parte, si miras los resultados de las dos franjas inferiores, en 2012 y en 2015 teníamos un 14%. Éramos la única comunidad con resultado positivo si se restaba la excelencia y la deficiencia. Lo más grave es el incremento de la deficiencia, que en 2018 subió al 18% y ahora está ya en el 20%. No debemos olvidar que en Navarra no tenemos petróleo ni minas de oro, solamente capital humano.

El consejero de Educación defiende, sin embargo, que hemos ganado en equidad.

Yo no lo veo así. La equidad no deja de ser una medida estadística de distribución. Si estamos todos en el 0 también somos equitativos. A mí lo que realmente me importa es el nivel que alcanzan los peores.

¿Esa es la clave?

Es lo que nos debería preocupar. Yo quiero que un niño con pobres resultados en Navarra tenga condiciones suficientes para enfrentarse a la realidad. Si además los de niveles superiores tienen resultados estratosféricos, pues mejor. Los ricos tienen la vida solucionada. Pero el niño pobre, el conocimiento que no encuentra en la escuela, ¿dónde lo va a encontrar?

Se invierte más dinero público que nunca en Educación y también las familias se vuelcan con las extraescolares. ¿Qué está pasando?

Esto es interesante, que se invierta cada vez más dinero público pero, al mismo tiempo, también las familias estén invirtiendo cada vez más. El último informe ESADE decía cosas que debieran hacernos pensar. Las familias pobres invierten cada vez más recursos en reforzar los aprendizajes escolares de sus hijos, y las ricas invierten cada vez más en ampliar los conocimientos escolares de sus hijos. ¿No puede interpretarse que piensan que la escuela ya no es suficiente?

¿El sistema está fallando?

El sistema educativo navarro está perdiendo eficacia, eso parece obvio. Por otra parte, en el caso de Navarra hay que decir también que la diferencia entre centros concertados y públicos comienza a ser muy notable. En matemáticas, de 29 puntos; en lectura, de 41; y en ciencias, de 33. Si evaluáramos sólo los resultados de los centros públicos, Navarra hubiese caído de manera muy notable.

¿Qué lectura hacemos de eso?

No vivo lo suficientemente cerca de la realidad de Navarra como para atreverme a plantear cosas. Pero sí señalaría otro punto que me llama la atención, y es que es muy notable la diferencia de resultados entre las familias con un nivel educativo universitario y las que tienen niveles más bajos. Es de las más altas de España.

¿Crece la brecha, nos polarizamos?

Yo lo veo claro. Si tú tienes unos padres con educación universitaria y vas a la escuela concertada tienes muchísimas más posibilidades de obtener buenos resultados que si eres hijo de una familia con estudios básicos y vas a una escuela pública.

Suena como algo de otra época.

Efectivamente. Por eso es tan doloroso que se hable de equidad.

¿El bilingüismo puede estar condicionando los resultados?

No debiera. Hay países que se mueven muy bien con dos y tres lenguas. Yo intento evitar plantear como soluciones a los problemas educativos alternativas ideológicas, porque acaban enmarañándolo todo. Si has introducido el bilingüismo, lo normal es que estudies la complejidad del proceso y que le des respuestas técnicas.

Si fuera usted el consejero de Educación, ¿por dónde empezaría?

Al sistema educativo hay que estar siempre tomándole el pulso. Lo primero que haría sería crear una agencia de evaluación independiente. Segundo, si tuviera que copiar a alguien sería interesante ver lo que hacen en Castilla León con los alumnos rezagados, a los que permiten asistir a clases de refuerzo fuera del horario lectivo. En 3º de Primaria se imparten actividades de refuerzo de la lectoescritura y para mí esto es importantísimo, porque estoy convencido de que el punto de fractura del sistema se da en 3º y 4º de Primaria. Lo que no podemos hacer es dar una palmada en la espalda a los que se van quedando detrás y decirles que bueno, que ya está bien, que progresen a su ritmo.

No hace falta irse a Finlandia para tener referentes, entonces.

Eso lo vengo diciendo hace tiempo, la pena es que antes ponía de ejemplo a Pamplona o a Soria. Comparaba los niveles de matemáticas de 4º de Primaria de mis sobrinos en escuelas públicas de Navarra, con los de Cataluña, y el de Navarra era sin duda mucho más alto. Ahora hemos dejado de ser referencia.

¿Estamos rebajando la exigencia general para no dejar a nadie atrás?

A mí me parece que sí. Se dice que hay que respetar que cada uno vaya a su ritmo, pero es que el ritmo depende de las posibilidades que le das a una persona, no es una condena. Insisto:los pobres necesitan más tiempo de calidad.

La escuela no es un parque de atracciones, titula uno de sus libros.

Sí, y estoy tan feliz porque acaba de salir la quinta edición.

¿Por qué piensa que se ha convertido en eso?

Hay gente que interpreta que estoy diciendo que a la escuela hay que ir a pasarlo mal, y nada de eso. Pero a un parque de atracciones tú vas a divertirte y nada más, y de la escuela hay que volver con un incremento de tu conocimiento. Si una experiencia no deja ningún residuo, no es una experiencia educativa. Pásalo lo mejor que puedas en la escuela, pero ese no es el objetivo. El libro es, en buena medida, una reivindicación de la memoria, que es el residuo que deja la experiencia al pasar.

Es hablar de memorizar y pensar automáticamente en la lista de los reyes Godos.

Sí, pero no he conocido a nadie en mi vida a quien le hayan hecho estudiar esa lista.

¿Están denostadas palabras como memoria o esfuerzo?

O voluntad, que está perdida. Ni te digo disciplina, que da tanto miedo. El vocabulario pedagógico es un vocabulario muy beato. Lo que quisiéramos es buscar una manera divertida de aprender que no supusiera esfuerzo. Pero no hay sustituto a los codos. Y para los pobres, no lo hay de ninguna manera. El maestro podrá acercarse a ti todo lo que haga falta, pero como tú no des un paso hacia él no habrá aprendizaje. El proceso es un encuentro. Hemos sustituido la palabra voluntad por interés, pero no son lo mismo. La voluntad me exige a mí poner un esfuerzo, mientras que el interés se supone que es responsabilidad del maestro crearlo. Lo mismo con la ética del trabajo. Yo no creo que por trabajar más vayas a tener éxito necesariamente, pero sí creo que trabajando más y mejor mejoras tus resultados. Al menos, esa es mi experiencia. Como se dice en la Ribera y en la Navarra media, no seamos falsos, no seamos flojos. Ese sería mi criterio de evaluación.

¿No hay también una parte de que las propias familias no quieren que sus hijos lo pasen mal, de sobreprotección frente a los sinsabores del estudio?

La sobreprotección es una forma de maltrato, porque incapacita a nuestros hijos a poder desenvolverse en el mundo. El lugar más seguro para un barco es el puerto, pero nadie hace barcos para que se queden en el puerto. Lo que necesitamos son barcos que se enfrenten a las tormentas en altamar. ¿Te has fijado que los nuestros niños son la primera generación de la historia con las rodillas impolutas?

¿Tanto?

Míralas bien, que te llevarás sorpresas. Bien crío era yo, tendría 9 o 10 años, cuando nos íbamos con los caballos de labranza por la orilla del Ebro. Eso te permitía vivir autónomamente tus aventuras. Hoy los niños se han quedado sin espacios en los que jugar sin la supervisión directa de un adulto.

¿Nostalgia de un mundo perdido?

Claro. Yo estoy muy contento de vivir en este tiempo y no digo que cualquier época pasada fuera mejor, pero sí creo que todo progreso entraña ganancias y pérdidas. Había cosas que eran mejores en el pasado. Igual que los pollos de corral sabían mucho mejor entonces. No tengo duda.

¿Tienen los docentes suficiente autonomía dentro del aula?

Si tenemos un punto negro en nuestro sistema es que no tenemos ni idea de qué hace un docente cuando cierra la puerta del aula. Pero es que no hace mucho me decía un catedrático de pedagogía en Madrid que eso precisamente es lo que está salvando nuestra educación, que los docentes no hacen demasiado caso a las reformas. Uno con 50 años ha visto tantos cambios que lo normal es que piense que para qué se va a implicar en la última.

¿Hay que prestigiar la docencia?

Es una actividad compleja y requiere de una alta especialización, no vale con buenas voluntades. Para mí, la autoridad del maestro es la autoridad del conocimiento, pero ahora te encuentras con gente que te dice que el conocimiento no es valioso.

Ahora se apuesta por las competencias.

El error de las competencias es creer que se puede pensar sobre información ausente. Para pensar necesitas información. Hasta para el dominio de la comprensión lectora necesitas información del mundo. ¿Qué es la educación si no la ampliación permanente de contextos? Mi madre me decía: hijo mío, estudia para que puedas presentarte en cualquier sitio. No conozco mejor definición de la educación que esa.

“Los datos no hablan a favor de la jornada continua”  

En Navarra estamos ahora con el tipo de jornada escolar a vueltas, con el regreso a la partida salvo que cada centro apruebe por mayoría cualificada la continua o la flexible. ¿Cómo ve este tema?

Yo he sido docente y sé que esto no gusta, pero los datos no hablan a favor de la jornada continua. Los adolescentes, por ejemplo, que además debieran comenzar las clases un poco más tarde por su ciclo circadiano del sueño, que comiencen a las ocho de la mañana y coman a las dos y media de la tarde… diría que el profesor al que le toca a primera hora de la mañana o las dos últimas, lo tiene difícil. Pero creo que si incrementáramos la eficacia del sistema, podríamos reducir el horario y solucionar eso.

¿Y con las pantallas qué hacemos? ¿Prohibimos los móviles, sacamos los chromebooks de las aulas?

Este informe PISA dedica un apartado a las pantallas, por primera vez. Es el de mayor ambigüedad, parece que están continuamente dando una cal de y otra de arena. Lo que viene a decir es que un uso moderado de las pantallas es bueno. Pero para eso los adultos debemos estar dispuestos a dar ejemplo. Por otro lado, hay otros estudios que dicen que los textos de hasta 500 palabras se pueden seguir tanto en la pantalla como en el papel, pero a partir de esa extensión el papel impreso es mucho más útil. Yo soy un gran defensor del libro, pero me parece que debe ser completado.

¿Pero cómo hacer un uso moderado si hay centros en los que han desaparecido los libros de texto?

Pues tendrán que planteárselo. La relación pedagógica fundamental es el cara a cara entre un maestro y un alumno. Esa relación no tiene sustituto, pero sí necesita complementos. En Mesopotamia utilizaban las tablillas de cerámica, y en Atenas y Roma, tapices de tela. El problema está en cómo educamos a los niños en lo que podíamos llamar la gestión del deseo. Las tecnologías son muy atractivas, como cualquier adulto sabe. El móvil lo es, y no tienes más que ir a cualquier transporte público. A mí me parece bastante hipócrita pedir a los niños que sean más adultos que los mismos adultos. El niño, por definición, es un ser que tiene mucha más energía que sentido común para controlarla. Quiero decir que para que los niños hagan un uso moderado, y parece que un uso moderado de las pantallas es bueno, los adultos hemos de dar ejemplo y hemos de estar dispuestos a dar la tabarra: hasta aquí, déjalo ya, guárdalo ya. Creo que eso es lo que nos molesta en el fondo.

¿No tiene la sensación de que para cuando queremos dotarnos de unas reglas de buen uso, la tecnología ya nos ha dejado muy atrás?

Efectivamente, pero ese es un rasgo del presente y hay que saber enfrentarlo. Las tecnologías evolucionan mucho más rápidamente que nuestra capacidad para entender sus consecuencias. Y no sólo eso, sino que cada vez van a ser más y más poderosas. Yo no soy partidario de prohibir, sino de educar en la gestión. Otra cosa que dice PISA es que los niños que tienen prohibido el uso del móvil en los centros educativos son a los que más les cuesta dormir por las noches, porque se lo llevan al cuarto como para resarcirse. Esto me parece de una hipocresía terrible: alguna responsabilidad tendrán esos padres.

DNI
​Nació en Azagra en 1955 en el seno de una familia de agricultores, pero se marchó a Barcelona a finales de los 70 para estudiar Pedagogía y Filosofía, después de hacer Magisterio en la Escuela Universitaria Huarte de San Juan de Pamplona. Ha trabajado como docente en todos los niveles educativos, es autor de más de una veintena de obras, colabora con medios de comunicación y es un activo divulgador en redes sociales. Entre los premios que ha recibido está la Cruz de Carlos III El Noble del Gobierno de Navarra.

Eduki hau partekatu:

10 razones para votar NO a la Jornada Continua

Existen razones objetivas para un rotundo NO en la próxima votación de tu centro educativo.